Illica vini
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- Fundada en 2009
En Illica tenemos la suerte de vivir en un valle extraordinario, encantador y reservado que sentimos el deber de preservar y mejorar. Respiramos aire prístino, caminamos sobre suelos claros y luminosos nacidos de antiguos mares tropicales, escuchamos el dulce gemido de conchas fósiles rompiéndose bajo nuestros pies, subimos empinadas laderas para cuidar nuestras vides y disfrutamos de las benéficas brisas vespertinas que soplan desde del mar y de la montaña. En lo alto, donde nuestras viñas más viejas encuentran su hogar, nos espera un paisaje inmaculado, donde la mirada recorre bosques, barrancos, viñedos, castillos, pueblos milenarios, caballos y algunas casas aisladas.
Inviernos fríos y veranos nunca demasiado calurosos, cielos despejados y brisas frescas, fuertes variaciones de temperatura entre el día y la noche, son una bendición y logran crear un microclima único que nos permite respetar el equilibrio de la naturaleza. En nuestro valle nunca ha habido motivos reales para recurrir a productos químicos y para nosotros, en Illica, la agricultura ecológica es una tradición familiar normal, no una moda pasajera.
La historia biológica de mis vinos comenzó con mi abuelo, mítico custodio del arte de la elaboración de embutidos, continuó con mi padre, fiel guardián de la orden, embelesado por el amor a la viña y llegó a mí, conquistado por la pasión por los vinos. que sepan ser expresiones auténticas de un territorio libre de contaminación y polución. La certificación orgánica de mis uvas nació hace casi veinte años cuando orgánico era una palabra nueva pero, para ser honesto, en la familia Illica, orgánico es la norma, la historia, la tradición. Es justo lo que siempre hemos hecho.
Inviernos fríos y veranos nunca demasiado calurosos, cielos despejados y brisas frescas, fuertes variaciones de temperatura entre el día y la noche, son una bendición y logran crear un microclima único que nos permite respetar el equilibrio de la naturaleza. En nuestro valle nunca ha habido motivos reales para recurrir a productos químicos y para nosotros, en Illica, la agricultura ecológica es una tradición familiar normal, no una moda pasajera.
La historia biológica de mis vinos comenzó con mi abuelo, mítico custodio del arte de la elaboración de embutidos, continuó con mi padre, fiel guardián de la orden, embelesado por el amor a la viña y llegó a mí, conquistado por la pasión por los vinos. que sepan ser expresiones auténticas de un territorio libre de contaminación y polución. La certificación orgánica de mis uvas nació hace casi veinte años cuando orgánico era una palabra nueva pero, para ser honesto, en la familia Illica, orgánico es la norma, la historia, la tradición. Es justo lo que siempre hemos hecho.
