Es en el pequeño pueblo de Lacaune, encaramado a una altitud de 800 m, que procesamos la carne de cerdo local, criada en el Tarn y Aveyron y luego sacrificada en el matadero municipal ubicado a 3 km de la granja. Nuestros embutidos se curan al aire libre, aprovechando los vientos del mar y la montaña que envuelven el secadero natural.