Saucissons Roches Blanches
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Desde hace cuatro generaciones nos dedicamos a una única actividad, a un único producto: embutido seco con sabor tradicional.
La historia de nuestra salchicha normanda:
En una época en la que la pesca aún era una actividad muy productiva, los marineros normandos pasaban semanas navegando hacia Terranova.
La preocupación por la conservación de los alimentos era muy importante.
La salazón era entonces el medio más utilizado para permitir a los pescadores alimentarse durante largos periodos.
El embutido seco, carne de cerdo secada al aire libre y salada con sal marina, rápidamente se hizo muy popular entre los pescadores.
Rodeado de paja que absorbía la humedad de la carne y almacenado en cajones de roble, el embutido seco podía conservarse durante varios meses.
Marcel Malandain, charcutero de profesión, comenzó a elaborar sus embutidos secos cerca de nuestros hermosos acantilados blancos.
Desde hace cuatro generaciones nos dedicamos a una única actividad, a un único producto: el embutido seco.
Nuestra única pretensión es, pues, realizar este trabajo tan particular según las reglas del arte, presentar en el mercado productos que evidentemente cumplen las exigencias actuales, pero de los que nuestro antepasado, Marcel Malandain, sin duda no se habría avergonzado.
Con un equipo ambicioso y motivado, Roches Blanches ha conseguido evolucionar hasta convertirse en una empresa artesanal innovadora a la vanguardia de su sector manteniéndose fiel a sus tradiciones.
La historia de nuestra salchicha normanda:
En una época en la que la pesca aún era una actividad muy productiva, los marineros normandos pasaban semanas navegando hacia Terranova.
La preocupación por la conservación de los alimentos era muy importante.
La salazón era entonces el medio más utilizado para permitir a los pescadores alimentarse durante largos periodos.
El embutido seco, carne de cerdo secada al aire libre y salada con sal marina, rápidamente se hizo muy popular entre los pescadores.
Rodeado de paja que absorbía la humedad de la carne y almacenado en cajones de roble, el embutido seco podía conservarse durante varios meses.
Marcel Malandain, charcutero de profesión, comenzó a elaborar sus embutidos secos cerca de nuestros hermosos acantilados blancos.
Desde hace cuatro generaciones nos dedicamos a una única actividad, a un único producto: el embutido seco.
Nuestra única pretensión es, pues, realizar este trabajo tan particular según las reglas del arte, presentar en el mercado productos que evidentemente cumplen las exigencias actuales, pero de los que nuestro antepasado, Marcel Malandain, sin duda no se habría avergonzado.
Con un equipo ambicioso y motivado, Roches Blanches ha conseguido evolucionar hasta convertirse en una empresa artesanal innovadora a la vanguardia de su sector manteniéndose fiel a sus tradiciones.
