En 1803, Philippe Artzner, pastelero, abrió una tienda flanqueada por una farmacia de fabricación de foie gras en Estrasburgo. Allí desarrolló sabrosas recetas y se convirtió en un verdadero creador de tendencias gastronómicas. En 1850 su hijo Edouard se hizo cargo del negocio. Fue el primero en cocinar hígados de oca a baja temperatura en terrinas de terracota. Se conserva así la calidad y el sabor de los hígados. Después de enfriar, los cubre con una capa de grasa de ganso. La vida útil es ahora de 3 semanas, ¡una revolución para la época! El éxito está ahí y anuncia el verdadero desarrollo del Foie Gras en el mundo. Un saber hacer conservado por Maison Artzner… ¡Un arte gastronómico dedicado a la satisfacción de los gourmets más exigentes!
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