Es aquí, en las colinas de Viranel, en Languedoc, donde las vides comparten el sol con matorrales y olivos.
La tradición y la modernidad siempre nos han empujado a seguir un método de cultivo razonado de la vid en las 40 ha de nuestra finca familiar. Esto es para preservar la calidad y durabilidad de nuestro Terroir.
De hecho, la propiedad se ha transmitido de generación en generación durante casi 5 siglos (1551). El sitio tiene sus raíces en los restos de una villa galorromana, mientras que la construcción moderna fue construida en 1911. Está adornado con un fresco báquico que testimonia la tradición festiva y el apego de los agricultores al vino.
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