Desde antes de 1850, cuidamos día a día la elaboración de nuestro aceite Poderosa en un oasis naturalista enclavado en el tejido urbano. Una zona llana bañada por el mar, orientada al sur y con un clima incontaminado. Nos definimos como un baluarte de biodiversidad respetuoso con el medio ambiente. Especializados en el cultivo del olivo (cultivar Carolea y un 15% de otros cultivares Frantoio, Leccino, Coratina) también disponemos de unas 4 hectáreas de cultivo de cítricos. En el Podere en régimen de agricultura integrada - certificado por Suolo y Salute - y transformamos las aceitunas en la almazara de la empresa ubicada en el centro de la empresa, a baja temperatura, pocas horas después de la recolección. Nuestras aceitunas, fuertemente representativas del territorio, dan, ya en octubre, un aceite fragante, equilibrado, dulce y siempre muy apreciado, incluso por los niños. Carolea es un cultivar de doble propósito, para la extracción de aceite y para la elaboración de conservas. Por su contenido en vitaminas y polifenoles (antioxidantes naturales), el aceite de oliva virgen extra es un verdadero medicamento, enriquece el sabor de los platos y es bueno para la salud. El aceite recién producido es analizado, seleccionado y almacenado en depósitos de acero inoxidable y bajo cabeza de nitrógeno, un gas alimentario inerte que, evitando el contacto entre el aceite y el oxígeno del aire del depósito, inhibe el proceso de oxidación natural.
Citas en guías (Slow Food) y premios en concursos sectoriales, además de la larga tradición, confirman la calidad de nuestros productos. Nuestro aceite de oliva virgen extra es baluarte de Slow Food desde hace varios años.