El Domaine de Villemajou, situado en el interior del terruño de Boutenac en Corbières, tiene un lugar especial para Gérard Bertrand. De hecho, esta propiedad familiar fue adquirida en 1970 por Georges Bertrand, su padre. A la disparition de son père, Gérard Bertrand reprend l'exploitation en continuant dans la voie tracée en termes de qualité et d'expression du terroir avec la volonté de créer et d'innover pour rester en phase avec la demande des consommateurs de vins du mundo entero. Compuesta por 130 ha, esta propiedad fue la punta de lanza de la denominación Boutenac, primer cru jerárquico de Corbières reconocido por el INAO (Instituto Nacional de las Denominaciones de Origen). Esta finca se distingue por sus viñas muy viejas de Cariñena, una variedad de uva mediterránea rehabilitada en la elaboración de grandes vinos del Languedoc. El suelo excepcional permite un enraizamiento profundo, protegiendo el viñedo del exceso de climas mediterráneos (estrés hídrico, tormentas violentas).