Cada Délice se cuece en una cacerola de cobre, en pequeñas cantidades, para no desnaturalizarla. Sin necesidad de colorantes, conservantes ni aromas añadidos, la esencia misma de la fruta queda así exacerbada en toda su pureza y en toda autenticidad. La generosidad del producto en estado puro. París, Nantes, Montpellier, Beaune, Troyes, Reims y otros lugares... Ô Délices de Lucas difunde sus sabores auténticos en lugares seleccionados, con verdaderos amantes de mermeladas excepcionales, acompañamientos dulces y salados que reinventan la cocina, herencia francesa por excelencia.