La finca: un lugar de vida y elegancia
Loudenne es también una hermosa historia de 350 años. Un pasado prestigioso que debe mucho a dos comerciantes británicos: Alfred y Walter Gilbey. En 1875, estos dos amantes de la vida y de las "cosas bellas" decidieron hacer de la propiedad su base de operaciones en Francia.
El puerto de Loudenne permite luego enviar los vinos por mar a Londres y también a sus mostradores de distribución en todo el mundo. Construyeron el sótano ultramoderno para la época y modelaron el parque al estilo inglés. Durante 125 años, la familia Gilbey, luego la empresa que crearon, construirá la reputación del viñedo y hará de Loudenne un lugar esencial para vivir y recibir.
Nos gusta, pues, reunirnos allí, en un ambiente impregnado de romanticismo y libertad, para cenar, divertirnos, bailar y vivir al ritmo del charlestón, el jazz, el vals o el foxtrot.
El castillo, localmente llamado chartreuse, fue construido en 1670 por una familia noble de Burdeos.
Por el color de sus paredes, se la conoce en el Médoc como "EL Chateau Rose".
Y, aún hoy, basta con cerrar los ojos para imaginar los salones del castillo de hace unos años… Encajes de lujo, satén sedoso, plumas y sombrillas para las mujeres… Trajes a medida, sombreros y hermosos coches para los hombres… La elegancia es un arte que Loudenne siempre ha cultivado con pasión.
El castillo, localmente llamado chartreuse, fue construido en 1670 por una familia noble de Burdeos. Por el color de sus paredes, se la conoce en el Médoc como "EL Chateau Rose".