Probablemente de origen español, el Mourvèdre emigró a las costas francesas en la Edad Media, donde encontró un clima favorable para su desarrollo. Es una gran variedad de uva del sur cultivada exclusivamente en las costas de la costa mediterránea, desde Perpiñán hasta Fréjus, donde produce algunos de los mejores vinos de la región. Requiere sol, calor y proximidad al mar para dar lo mejor. Mourvèdre es ante todo una variedad de uva exigente con un cultivo delicado. Vinificado en tinto, permite obtener vinos coloreados de muy alta calidad, aromáticos, especiados y estructurados, aptos para la crianza. Vinificado en rosado, da vinos estructurados y complejos. De un bonito color rojo intenso con matices violáceos, Mourvèdre Les Jamelles tiene un primer sabor muy afrutado con aromas a fresa, melocotón y grosellas. Tiene aromas especiados que recuerdan a la garriga, notas de mazapán, miel, lavanda, tomillo y laurel, además de un toque de carne asada. En boca es sorprendentemente largo y graso con taninos bien equilibrados. El final casi dulce da una impresión de suavidad y terciopelo. Las notas especiadas y de garriga están presentes desde el ataque hasta el final. Es un vino que tiene mucho carácter y potencia. Servir a 18°C. A Catherine Delaunay le gusta maridar Mourvèdre con tajine de cordero, bistec a la pimienta, caza o moussaka. También irá de maravilla con queso, especialmente queso de cabra.