Desde que tengo 18 años, siempre me ha gustado hacer pan. El olor del pan me hizo sentir viva y mejoró mi estado de ánimo. Por eso, durante muchos años estudié e investigué sobre la elaboración del pan, las harinas y los ingredientes utilizados.
Durante esta investigación, descubrí una receta de pan tradicional del norte de Irán, que proviene de las orillas del Mar Caspio. Lo probé, lo cociné y disfruté mucho el placer de hacer este pan en casa.
Poco después, decidí adaptar esta receta para hacer un pan seco, una especie de galleta, que se puede guardar fácilmente sin refrigeración, y comer a cualquier hora del día, acompañado de diferentes condimentos, o incluso con sopas y ensaladas.
Así fue como comencé a producir mis propias galletas, hechas a mano según mi método artesanal, variando los sabores para complacer diferentes gustos.
Como la calidad nutricional, los ingredientes naturales y la facilidad de digestión siempre han sido importantes para mí, elegí hacer estas galletas en Francia sin aditivos, conservantes ni productos animales, utilizando aceite de semilla de uva y sal natural de Camarga.