Producido con las mejores partes del cerdo como el lomo y el jamón, nuestro embutido debe su auténtico sabor a las largas etapas de elaboración que lo acompañan. La carne, cuidadosamente seleccionada, se sazona con precisión antes de envasarla en tripa natural, respetando así la tradición de los mayores. Para darle a nuestro embutido una textura ideal para la degustación y un sabor a antaño, lo dejamos secar durante 5 semanas. Es durante el secado que la flor blanca se desarrollará naturalmente en la charcutería. Este molde noble y natural es el signo de buenos productos. Ya loncheado, nuestro chorizo loncheado se trabaja a la antigua y se embute en tripa natural. Salado a mano finamente, degusta nuestro embutido seco como aperitivo o acompañado de un buen pan de campo.