La mano de Buda forma parte de la familia de la cidra, está hecha únicamente de carne, sin pulpa ni semillas. Su sabor es muy fragante, floral y dulce, es un cítrico lleno de frescura. Para nuestros encurtidos, cortamos rodajas finas de la mano de Buda con una mandolina y luego añadimos una suave mezcla de agua, vinagre blanco y azúcar. Nuestros encurtidos son el condimento perfecto para utilizar en todas sus formas: en ensalada, con verduras crudas, para acompañar carnes blancas, pescados a la plancha, ceviche… La suavidad de la mano de Buda también combina muy bien con sustancias más grasas como terrinas y patés, aportando contraste con su frescura y floralidad. Los encurtidos quedan excelentes con queso de cabra, mozzarella o burrata sobre pan de campo, con un buen chorrito de aceite de oliva.