una historia familiar
Gracias a su historia y a su experiencia centenaria, la empresa artesanal y familiar CONSERVES GUINTRAND, fundada en Caromb en 1898 y con sede en Carpentras desde 1911, acoge la llegada de Jean-Christophe, tataranieto de su fundador Paul Guintrand. Dos generaciones de esta familia de conserveros trabajan juntas en la elaboración de frutas y verduras frescas y maduras de Provenza y, por tanto, en la producción de conservas de calidad, reconocidas por sus sabores excepcionales desde hace más de un siglo con una clientela de profesionales. La calidad ha sido un objetivo invariable de la empresa desde su creación.
Un saber hacer ancestral
Por primera vez, en 2020, CONSERVES GUINTRAND, la conservera más antigua de Carpentras (en funcionamiento desde 1898), recibió la etiqueta Entreprise du Patrimoine Vivant.
Esta etiqueta “EPV” es una marca de reconocimiento del Estado, creada para distinguir a las empresas francesas con un saber hacer artesanal e industrial de excelencia. Estas casas etiquetadas se caracterizan por una historia y un patrimonio a veces centenarios, una capacidad de innovación y un saber hacer poco común que han contribuido a establecer su notoriedad en el tejido empresarial francés. Este sello lo otorga el Ministro de Economía y Hacienda y Recuperación.
Más innovación
¡Conserves Guintrand vuelve a innovar! La empresa lanza nuevos productos procesando frutas y cereales cultivados en su cuna regional:
la "fresa de Carpentras" y "la pequeña espelta del Mont Ventoux". En compota o mermelada de fresas, en recetas “listas para consumir” de espelta pequeña, los tarros completan ahora su gama de postres de frutas provenzales así como la de “cocidos del Sur”.
Desde hace quince años la empresa Guintrand desarrolla, en particular para la exportación, bajo su marca "P. Guintrand" (como lleva el nombre de su fundador), recetas dulces y saladas, en tarros, destinadas al consumidor, que hoy se pueden encontrar en numerosas tiendas de delicatessen en Francia y en el extranjero, desde Canadá hasta Japón, pasando por Europa e incluso China.
Una clientela fiel desde hace más de 125 años.
Panaderos, pasteleros, fabricantes de mermeladas, restauradores, entre ellos los Mejores Obreros de Francia (MOF), mayoristas, tiendas especializadas en alimentación... todos ellos confían, año tras año, en la calidad de los productos de esta antiquísima conservera que se mantiene fiel a sus valores originales.
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