Partiendo de unas pocas hectáreas de terreno agrícola y un pequeño olivar que siempre ha producido aceite para familiares y amigos, el proyecto empezó a tomar forma. A medida que el rompecabezas tomaba forma, nos dejaba imaginar campos cultivados con las típicas legumbres, árboles llenos de sabrosos frutos, olivos llenos de drupas maduras y un pequeño laboratorio donde estas se transformaban y envasaban en productos de alta calidad. Todo de acuerdo con las antiguas tradiciones y el sabor del pasado.