En el momento en que su abuelo le entregó una copa de oporto vintage Cockburn 1908 a los 13 años, Steven Spurrier supo que no había vuelta atrás. Las vacaciones familiares en Francia e Italia, y un primer trabajo en Christopher's, el comerciante de vinos más antiguo de Londres, solo confirmaron que ninguna otra carrera funcionaría. Entonces, después de aprender los trucos viajando por Francia en su auto deportivo rojo (equipado con una nevera para vinos compacta en el maletero), trabajando la cosecha en Borgoña, Burdeos y Champaña, el primer paso extraordinario de Steven fue abrir una tienda y vender vino a los Francés. Como inglés en el corazón de París, este parecía un proyecto notablemente audaz (si no una tontería), pero el plan funcionó, y pasó a establecer la Académie du Vin y enseñarles sobre ella también... Steven Spurrier es una de las figuras más importantes del comercio del vino. A lo largo de los años asumió el papel de comerciante de vinos, comprador, educador de vinos y conferencista; escribió libros, cursos de vino y más de 300 columnas para la revista Decanter. Estableció el innovador 'Juicio de París' en 1976, una degustación en la que los vinos foráneos de California se compararon a ciegas con los mejores de Burdeos y ganaron, que todavía tiene repercusiones en el comercio del vino en la actualidad. El mensaje de Steven sigue siendo claro: no juzgues hasta que lo hayas probado: la calidad del vino se puede encontrar donde menos lo esperas. Estas memorias recuerdan la vida de Steven y trazan los incidentes, aventuras, ideas y descubrimientos que formaron su viaje por el vino. En el camino, tuvo el privilegio no solo de probar los mejores vinos, sino también de juzgarlos y trabajar con los enólogos que los crearon. Su famosa aceptación igualitaria de todo, desde el más oscuro Okanagan Chardonnay hasta el más frágil Lafite de 1806, combinado con su elegancia caballerosa y su ingenio seco, lo llevaron no solo a ser perdonado por los bordeleses, sino también a su enorme popularidad en todo el mundo.