Té Verde Jengibre

El Té Verde es un enorme aliado para nuestra salud y paladar, por sus propiedades puede convertirse en la mejor para tomar cada día, y en su versión con jengibre obtiene un sabor aún más delicioso y un aroma que te enamorará. El sabor del jengibre lo hace cada vez más usado en múltiples recetas, y es un compañero perfecto para el Té Verde. Su aroma hace que disfrutes de él desde antes de darle el primer sorbo al té. Pero esto no quiere decir que el jengibre sea un ingrediente fácil de integrar, puesto que su intenso sabor puede ser demasiado si no se coloca en las proporciones debidas. La mezcla que ofrecemos con nuestro Té Verde Jengibre tiene las medidas exactas para que tu paladar disfrute a cada instante. El resultado siempre será dulce, intenso sin alcanzar niveles molestos, muy vegetal y con toques picantes que vuelven más vivaz la bebida. Beneficios del Té Verde Jengibre El Té Verde tiene muchos beneficios para el organismo, ya que tiene este nombre por su color y su poco nivel de oxidación. Al no pasar por el mismo proceso que el resto de los tés, conserva más cualidades y beneficios, a los cuales se les suman los que aporta su aromatización a jengibre. Los principales son los siguientes: Antioxidante Rejuvenecedor para el cuerpo Combate enfermedades cardiovasculares Promueve la salud mental Reduce el colesterol Aminora los problemas digestivos Fortalece el sistema inmunológico Antiinflamatorio Como puedes ver, los beneficios son muchos y muy variados, casi se puede decir que es una bebida que funcionaría como complemento alimenticio natural para nuestro organismo, y de la cual no deberíamos dejar de aprovechar. Además, su sabor hace que sea la medicina más deliciosa posible. Recomendación de uso El Té Verde Jengibre funciona a la perfección si lo preparas como infusión tal cual está. Podrás sentir el aroma del jengibre y un añadido al sabor clásico del té negro, pero hay algunas variantes que puedes hacer para que obtengas nuevos sabores sin grandes complicaciones. La primera incluye al limón en la receta. Si le añades unas gotitas de limón directo al agua al momento de hervirla conseguirás una infusión con un sabor cítrico un poco amargo. Sirve muy bien para relajar los nervios. Si decides colocarle las gotas de limón a la infusión una vez preparada, su sabor será más fresco y ácido, pero combinará muy bien, te recomiendo probarlo. Otra opción excelente es añadir ralladura de limón o trocitos de su cáscara a la mezcla al momento de hacer la infusión, podrás obtener un sabor diferente, más intenso, y aunque suene contradictorio, suave, porque bailará entre ambos espectros en tu paladar.