La pimienta cubeba es una especia reconocida por su rico aroma y sabores distintivos. Desprende notas de almizcle, cuero, madera y menta. En boca ofrece un sabor intenso y complejo, con toques terrosos y amaderados, una apreciable longitud en boca y retrogustos a pino, menta, regaliz y chocolate. En comparación con la pimienta negra, es más suave y con un toque afrutado. Originaria de las regiones tropicales de la India y Sri Lanka, la pimienta cubeba se obtiene del fruto de una planta de la familia Myrtaceae. A pesar de su forma similar a la pimienta negra, se distingue por sus granos más pequeños y un sabor más sutil. Se considera una alternativa más suave y aromática a la pimienta negra, actúa como potenciador del sabor y combina perfectamente con platos asiáticos. El nivel de piperina, el alcaloide responsable del picante de la pimienta, en la pimienta cubeba está entre el 4 y el 5%. La pimienta cubeba, aunque pertenece a una familia botánica diferente a la pimienta negra, durante mucho tiempo se ha considerado una falsa pimienta. Incluso fue prohibido en Portugal en el siglo XVII para favorecer la pimienta negra que vendía el rey. Este pimiento ofrece muchos beneficios para la salud, ya que es rico en vitaminas, minerales y ácidos grasos esenciales. Su consumo regular mejora las funciones cerebrales y la salud del corazón. Gracias a sus propiedades antioxidantes, protege las células contra el daño causado por los radicales libres, fortalece el sistema inmunológico, mejora la digestión, alivia los dolores articulares y musculares y tiene propiedades antisépticas, antibacterianas y antifúngicas. En la cocina, la pimienta cubeba, a menudo apodada "pimienta negra del cielo", es un ingrediente versátil para realzar diversos platos. Combina bien con sopas, carnes, pescados, verduras, ensaladas, guisos y salsas a base de lácteos. Es ideal para recetas refinadas como risotto, champiñones fritos, carnes blancas y pescados finos. También es popular en la cocina asiática, perfecto para platos a base de marisco y aves. Además, aporta un toque de sabor a postres frutales como tartas, macedonias, compotas, mermeladas y frutas fritas. Para revelar todo su sabor, se recomienda moler la pimienta cubeba al final de la cocción utilizando un molinillo de pimienta o un mortero, lo que le permite liberar una fragancia intensa y notas amaderadas.