Este proceso implica el uso de agua (H2O) para la extracción de cafeína. Granos verdes se enjuagan durante mucho tiempo con agua dulce, disolviéndose así la cafeína en el agua. Los granos descafeinados se secan con aire caliente y se enfrían con una corriente de aire frío. Una vez tostados, los granos adquieren un característico color violeta. Da un sabor fragante y muy sabroso.