
Las semillas de uva son una fuente conocida de OPC (procianidina), un poderoso antioxidante de la familia de los polifenoles; Fue en 1996 que la harina de pepitas de uva fue analizada por primera vez por el centro de investigación Weihenstephan (Alemania) y se demostró su valor nutricional, bajo el liderazgo de un reconocido enólogo, el Sr. Winfrid Heinen. Esta harina, obtenida a partir de tortas de semillas de las que se extrae el aceite (primera presión en frío), goza de un notable valor nutricional, especialmente adecuado para cubrir nuestras necesidades diarias recomendadas de antioxidantes. Además de procianidina, también contiene flavonoles, como la catequina y la epicatequina, cuyos efectos son especialmente favorables para la salud cardiovascular, en particular reduciendo los niveles de colesterol y triglicéridos y previniendo ciertos tipos de cáncer. Su acción antioxidante equivale a 50 veces la de la vitamina E y 18,4 veces la de la vitamina C. Su valor ORAC* es de 1748 unidades, siendo en comparación el de la naranja de 7,45. 4 gramos de harina de pepitas de uva, como ingrediente en masa de pan o pizza (o simplemente mezclada con muesli, yogur, compota, etc.), ya permiten cubrir las necesidades diarias en valor ORAC (5000 - 7000). Otras de sus ventajas, y no menos importante, son que no contiene gluten y su excepcional riqueza en fibra (58%). ¡Un producto perfecto, en cierto modo! Consumir una pequeña cantidad cada día es un buen hábito para aportar a nuestro organismo los elementos esenciales, de forma natural (sin extracción, transformación, etc.).