El polen se origina en las flores, precisamente en las partes terminales de los estambres llamadas anteras. Desde aquí se dispersa en el ambiente para realizar esa importante función que la naturaleza le ha confiado, es decir, posarse en el estigma de otra flor y fecundar los óvulos. La flor se convertirá así en fruto. Para ello, el polen se apoya en el viento o en insectos como las abejas que lo transportan de flor en flor. El polen es el único alimento proteico de las abejas, necesario para alimentar a las larvas jóvenes y producir jalea real. Lo recolectan las abejas forrajeras que lo mezclan con miel y lo empaquetan en bolas al costado de las patas traseras para transportarlo dentro de la colmena. A la entrada de la colmena, el apicultor coloca una rejilla. Las abejas, al pasar a través de los agujeros, pierden las bolas de polen más grandes que caen en un cajón colector situado debajo. PROPIEDADES Y BENEFICIOS El polen de abeja es un alimento completo. Contiene los 8 aminoácidos esenciales presentes únicamente en los alimentos de origen animal y además las proteínas que contiene son de alta calidad, altamente asimilables y libres de desechos metabólicos. Otros componentes fundamentales son el agua, sales minerales, oligoelementos, fibra, vitaminas y enzimas. Gracias a sus principios activos, el polen puede utilizarse como estimulante metabólico, para fortalecer el sistema inmunológico, proteger el sistema cardiovascular, como antioxidante y para favorecer el funcionamiento intestinal. DESHUMIFICACIÓN EN FRÍO El problema de conservar el polen viene dado por la gran cantidad de agua que contiene, lo que provocaría la fermentación. El polen que normalmente se encuentra en el mercado se seca a altas temperaturas, en consecuencia el producto pierde sus principios nutricionales. Nuestro polen orgánico, en cambio, se deshumidifica en frío. En este proceso se alcanza una temperatura máxima de 35°C, la misma temperatura que la colmena. De esta forma el calor no arruina el polen y evita su degradación. INDICACIONES DE CONSUMO Es recomendable tomar el polen en ayunas y masticarlo bien antes de ingerirlo, esto facilita la digestión a nivel gástrico. La cantidad diaria es muy subjetiva, por lo general se recomienda tomar una cucharada en ayunas antes del desayuno como antioxidante general, antiinflamatorio y para mejorar la funcionalidad del sistema inmunológico. No se recomienda consumir polen antes de las 16 horas, ya que su contenido en vitamina C correría el riesgo de mantener activo el metabolismo celular, que ya no es necesario a esta hora del día. la mejor forma de tomarlo es solo. Si te resulta difícil o desagradable, puedes disolverlo en una bebida tibia (leche, jugo, no té caliente) o agregarlo al yogur o untarlo sobre miel o mermelada.