
Nos tomó un poco más de 18 meses crear nuestro Prestige Chocolat. Tuvimos que encontrar el néctar adecuado a nivel de vino para adaptarnos armoniosamente a este proyecto. Muy rápido entendimos que tomaría burbujas finas y no tendría demasiado alcohol. Luego tuvimos que encontrar el equilibrio adecuado con el chocolate. Llegamos a la conclusión después de muchos intentos fallidos de que el chocolate debe ser sutil y encapsulado con aromas particulares que se encuentran en nuestro vino. Al igual que la cría de los Grandes Blancos, utilizamos técnicas de agitación para asegurar una fusión entre los 2 universos y controles regulares para verificar la estabilidad de esta alianza. Por lo tanto, todo el éxito del proyecto consistió en encontrar el equilibrio adecuado entre estos dos mundos, tanto sutiles como auténticos.