
El ajo deshidratado, una especia ancestral, realza el sabor de tus recetas saladas. Crudo o cocido, este condimento revela múltiples facetas según el método de preparación elegido. Complementa perfectamente con verduras, rellenos, etc. El ajo se ha utilizado durante miles de años con fines terapéuticos y culinarios en cocinas de todo el mundo y le dará la misma apariencia y sabor que el ajo recién picado. ¡Sin embargo, su sabor es más ligero que el del ajo en polvo! En sémola, de bonito aroma y muy digestible, este ajo es ideal para pescados al horno, pero también en salsas a fuego lento, carnes asadas, papillotes y adobos, patatas, etc. Si no tienes base de salsa en tu plato, rehidrata el ajo unos minutos en un poco de agua o mantequilla derretida antes de cocinarlo.