La pimienta blanca es un pimiento dulce, que aporta calidez en la boca. Con su típico aroma a pimienta, es sutilmente especiado. Pero el palacio apenas sufre ataques. Ideal para diferentes platos, este pimiento es una invitación a un viaje al país de los malvaviscos. Pimienta Blanca, compañera constante Las recetas eligen ellas mismas las especias, de modo que algunas preparaciones cambian completamente dependiendo del condimento. En el caso de la Pimienta Blanca, combina prácticamente con todo. Además, muchas preparaciones lo aceptan sin quejarse. Esto incluirá platos fríos como ensaladas y verduras crudas. Se añade a carnes y sopas sin alterar su sabor. También puedes considerar acompañar platos de patatas, verduras o pasta con una pizca de esta pimienta blanca. Lo ideal es añadir una pizca de pimienta hacia el final de la cocción.