Gérard Bertrand revela la historia de los grandes terruños del sur de Francia. Narbona, primera hija de Roma fundada en el 118 a.C. JC, exporta sus vinos a Europa desde la Antigüedad. Este viñedo se beneficia de unas condiciones climáticas excepcionales y de un terruño arcilloso-calcáreo que permite la perfecta maduración de las bayas.