El cardamomo es una especia con un aroma fuerte y cálido que ofrece notas de cacao, chocolate amargo y sabores afrutados, especiados y alimonados con una frescura mentolada. Proviene del fruto del cardamomo, una planta herbácea de la familia Zingiberaceae, originaria del sur de Asia y la India. Los frutos se recogen, se secan y luego se utilizan como especia. Se venden en cápsulas para conservar su sabor, aunque el cardamomo molido resulta más práctico para determinadas preparaciones culinarias. Hay dos tipos de cardamomo, el verde, originario de Sri Lanka y el sur de la India, que ofrece un intenso aroma a eucalipto, canela, jengibre y clavo, y el negro, procedente del Himalaya oriental, con un aroma similar pero menos intenso, a menudo utilizado en caldos y curry asiáticos. El cardamomo tiene muchos beneficios para la salud, incluido ayudar a la digestión, prevenir el reflujo ácido y proporcionar propiedades analgésicas útiles para las infecciones bucales. También es rica en vitamina B2, calcio, magnesio y zinc, y ayuda a combatir el mal aliento gracias a su frescor mentolado. El cardamomo verde es popular en la India para bebidas como lassi y Masala Chai, así como para dulces kulfi, kheer, sheera y sándwiches. También se utiliza en pan, galletas y pasteles en la cocina nórdica. El cardamomo negro es adecuado para cocinar platos salados indios como biryanis, pilafs, curry y caldos. Se puede añadir al final de la cocción en forma molida o triturada para variar la intensidad del sabor. Para revelar todo el sabor del cardamomo, se recomienda almacenarlo en forma de vaina, freírlo antes de triturarlo y luego utilizar tanto las vainas como las semillas. Para recetas dulces, combina perfectamente con canela, clavo, nuez moscada y cúrcuma. Al final de la preparación, las vainas de cardamomo suelen añadirse al café o al té para proporcionar un sabor y aroma únicos. El cardamomo es una especia versátil que enriquece muchas cocinas y aporta un sabor único a muchos platos.