La miel de roble se cosecha en julio en el bosque de robles más grande y antiguo de los Balcanes en el noroeste de Grecia, a una altitud de 500 m. El roble tenía una parte legendaria en los antiguos griegos, era conocido como el árbol de Zeus. El clima húmedo y cálido favorece su producción de miel, pero una fuerte lluvia de verano podría frenarla por completo. Es una miel muy rica en metales, de aroma intenso y color muy oscuro, cercano al negro, destaca por su densidad (muy espesa, tonos acaramelados) y su marcado sabor. No cristaliza pronto ya que tiene una baja concentración de glucosa/fructosa. Después de su cristalización, el color se vuelve marrón claro. Publicaciones oficiales recientes han demostrado que tiene características similares a las de la miel de Manuka (Nueva Zelanda).