Pequeña diferencia, gran efecto - D-galactosa La D-galactosa tiene numerosas funciones importantes en el cuerpo humano. Por ejemplo, es un material de construcción indispensable para las paredes de las células del cuerpo y un componente de muchas proteínas, las llamadas glicoproteínas. La diferencia entre la galactosa y la glucosa parece ser pequeña: solo un grupo hidroxi está invertido en espejo. Pero esta supuesta pequeña desviación trae consigo una gran diferencia: permite que el azúcar atraviese las membranas celulares donde, de otro modo, fallaría el transporte dependiente de la insulina. Luego, la galactosa se convierte inmediatamente en glucosa en la célula. Esta propiedad hace que la galactosa sea particularmente interesante para las personas que padecen una disfunción del receptor de insulina, ya que el azúcar "espejado" puede contrarrestar un déficit de energía en las células. Esto es importante porque el metabolismo insuficiente de la glucosa tiene efectos negativos en las células nerviosas porque no se pueden formar suficientes neurotransmisores. Nuestra galactosa se produce enzimáticamente. El material de partida es lactosa de calidad alimentaria. La pureza es del 99,5%. La galactosa también es adecuada para las personas con intolerancia al azúcar de la leche (intolerancia a la lactosa), en las que la enzima lactasa ya no divide la lactosa correctamente en galactosa y glucosa. Aquí, la galactosa de alta pureza se considera una alternativa eficaz para poder seguir utilizando sus ventajas fisiológicas, ya que se evita el metabolismo enzimático de la lactasa. El resultado: la galactosa está disponible para el cuerpo directamente y sin rodeos.