William Smith estableció la destilería en 1822, en un lugar perfecto para la producción de whisky a pequeña escala. En la década de 1870, las barricas de jerez se hicieron cada vez más populares en la industria del whisky, evolucionando de un medio de transporte de bebidas espirituosas a una técnica de maduración del whisky para aquellos que podían permitirse comprarlo. En 1870, el whisky de Jerez madurado de Jericó se publicitó como una bebida para el caballero viajero exigente. Nariz: bayas cocidas, higos, canela y un toque de vainilla proporcionan una nariz maravillosamente compleja. Boca: Frutos secos como pasas y jengibre confitado, dan paso a notas malteadas y toques de hoja de albahaca. El final: pimienta blanca y cedro, con un toque final de arándano finalmente da paso a un sabor de whisky único al estilo antiguo. Un maridaje de whiskies escoceses de malta pura 100% envejecidos, sin filtrado frío. Una interpretación moderna de la legendaria destilería Jericho