En los años 60, una disputa entre dos titanes de la industria del motor, Henry Ford II y Enzo Ferrari, convirtió a una de las grandes leyendas del automovilismo y sentó las bases de todos los superdeportivos con motor central. Un nuevo diseño para un viejo favorito. En la primera mitad de la década de 1960, la Scuderia Ferrari dominó Le Mans, logrando una pátina indeleble de máximo rendimiento y dureza que era la envidia de la industria. Independientemente de su éxito en el automovilismo, la parte comercial de Ferrari estaba luchando financieramente y en 1963 se acercó Henry Ford II. Enzo en un intento de comprar la marca italiana. Las conversaciones llegaron a un final abrupto cuando 'Il Commendatore' se dio cuenta de que ganar la Scuderia era una parte integral del trato. Un Ford descontento ordenó a su división de carreras que creara una máquina para vencer a Ferrari -"Está bien, entonces le patearemos el trasero", según se informa, es la expresión que usó-, comenzando así lo que se convirtió en una de las grandes disputas en la historia de las carreras. Sin embargo, a pesar de toda esta motivación, Ford apenas tenía planes reales o la experiencia en carreras necesaria para llevar a cabo una tarea tan monumental. Así que recurrieron a Roy Lunn para iniciar el nuevo programa GT basado en el Lola GT. Lo que se le ocurrió en junio de 1963 fue el GT40 MkI, un auto de carreras con motor central que medía apenas 40 pulgadas de alto, junto con una idea para una carretera. -versión actual. Aparentemente, los ejecutivos de Ford masticadores de cigarros se despidieron a primera vista. Bruce McLaren fue contratado como piloto de pruebas y en abril pensaron en intentarlo en las pistas. Fracasaron espectacularmente con todos los resultados de DNF, incluidos los 1000 km de Nürburgring y Le Mans. Esto llevó a un cambio en la administración. Carroll Shelby y su implacable ambición aparentemente eran justo lo que necesitaba el proyecto. Llegó el V8 de 7.0 litros del Cobra y una nueva transmisión ZF. También nuevo, Ken Milles entra en la lista de pilotos. En Daytona en 1965, el MkII GT40 logra su primera victoria, con Ken Miles y Lloyd Ruby al volante y un podio en Sebring el mes siguiente. Aunque hubo señales alentadoras, el resto de la temporada fue bastante sombrío, alcanzando su punto máximo en Le Mans, cuando los cinco GT40 no pudieron terminar y tuvieron que ver a Ferrari llevarse la victoria general. Pero luego llegó 1966. Y con él, el 1 -2-3 victorias en Daytona y (la polémica) Le Mans. En los años siguientes, el GT40 ganaría consecutivamente cuatro de sus seis participaciones en Le Mans. Y una gran cantidad de otros eventos de GT en todo el mundo que convirtieron a Ford en campeón mundial durante tres años consecutivos. Hubo fallas mecánicas y de diseño. Hubo choques. La gente murió. Pero al final, Ford había hecho su revolución. Mostró al mundo, más allá de cualquier sombra de duda, que el fabricante de automóviles del hombre común podía jugar con la élite y vencerlos en su mejor momento. 80% Algodón Peinado, 17% Poliamida, 3% Elastano. Usamos tejido sin costuras para crear un calcetín sin puntadas. Lavar del revés (40ºC/100ºF máx). No secar en secadora, planchar, usar lejía ni lavar en seco.