Finca Francisco Molina es cultivada en el distrito de Tarrazú en Costa Rica por Francisco Molina, quien aprendió todo sobre el comercio del café de su padre, Miguel Molina, a una altitud de 1780 metros sobre el nivel del mar. Francisco entrena a sus doce recolectores de café para recoger solo las cerezas más maduras. El proceso que se utiliza en la finca es muy específico; la cereza del café se agrega a los tanques de acero inoxidable con el mucílago puesto. Los tanques son herméticos, y la ausencia de Oxígeno estimula un proceso de fermentación Térmica. El proceso desarrolla una serie única de ácidos como el láctico y el málico que se traducirán en un sabor muy complejo. Una vez listo, el café se seca 100% al sol, lo que le da al café un sabor a licor y un aroma a frutos rojos maduros.