Gracias al proceso de secado podemos disfrutar de los higos todo el año, y aunque en esencia es el mismo alimento, los higos frescos y secos tienen unas características nutricionales que los diferencian. Para hacernos una idea por la pérdida de agua, los valores nutricionales se multiplican por tres aproximadamente. El resultado del proceso convierte el higo seco en una versión 3 veces más concentrada que el fresco. Y esto, en términos nutricionales, significa que son: Fuente de fibra: Es su característica nutricional más destacada. Gracias a ello, es una de las soluciones naturales más eficaces para regular el tránsito intestinal y lo convierte en un gran aliado para reducir el riesgo de enfermedades como la diabetes. Además, tienen un efecto saciante. Fuente de Minerales: Contiene altas cantidades de potasio, magnesio, calcio y hierro además de pequeños aportes de otros minerales y vitaminas. Todos ellos contribuyen al buen funcionamiento de músculos y huesos. Son perfectos para picar o para hornear y quedarían muy bien con pan de masa madre con higos y nueces - otro consejo de los panaderos