Rimani
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Animálico y omnipresente. En una noche de verano se puede oler el aroma embriagador y sensual del jazmín a lo lejos. Tus manos, ansiosas de contacto, exploran, al principio rozando levemente, la piel cálida y misteriosa de quien te rodea. Buscas el aliento y el abrazo cautivador y tranquilizador de esa persona. El sensual olor a cuero y tabaco, te envuelve y te embriaga, dejando solo lugar al instinto. Tus sentidos te abandonan y te dejas arrullar por esta noche misteriosa, intensa e inolvidable.