Siéntate en una mesa con tu libro favorito en las manos y disfruta de una taza de café añadiendo un par de cardamomos para hacerlo más exótico y envolvente. Ahora escucha las historias de personas que están sentadas en el mismo café charlando con amigos y conocidos. La frescura inesperada del cardamomo abraza el aroma de un café aromático y especiado. Agregue solo una pizca de azúcar moreno y leche de vainilla al café para hacer que esta mezcla satisfactoria sea un poco más dulce. En tu cabeza empieza a resonar las voces intensas y despreocupadas de las personas que te rodean. Sin prisas disfrutan de este momento contando historias humanas, historias de vida. Te detienes a escuchar mientras sorbes tu café. La gente puede jugar a las cartas, comentar las noticias del periódico o hablar descuidadamente y en voz alta sobre negocios, a veces incluso sombríos y misteriosos. Tu café, que ahora tiene un aroma casi polvoriento, te hace sonreír y disfrutar de estas historias. Casi tienes la impresión de que el tiempo se ha detenido y vuelves a ser consciente de tu "humanidad".