
El sabor y la consistencia son como los del chocolate caliente de un café callejero italiano: tan cremoso y espeso, pero a la vez floral y, sobre todo, maravillosamente chocolatoso. Ligeramente endulzado con azúcar de caña sin refinar y leudante gracias al almidón de maíz pregelatinizado. El aroma a chocolate proviene del 50% de cacao, un cacao fino criollo ligeramente desgrasado de Atalaya en Perú. El sabor se perfecciona con una pizca de sal marina. Las materias primas proceden de cooperativas orgánicas de América del Sur y proceden de comercio justo. Preparación en 200 ml: Mezclar 4-5 cucharaditas de polvo para bebida en 80 ml de líquido caliente con un batidor o una cuchara hasta obtener una mezcla cremosa. Vierta leche caliente o fría, bebida vegetal o agua sobre el té a gusto. Lo ideal es dejar reposar entre 3 y 4 minutos y remover si es necesario.