Las hojas de zarzamora o Rubus fruticosus 100% orgánicas se utilizan para aliviar diversas afecciones, como los trastornos menstruales (períodos abundantes, flujo blanco) o la diarrea. También tratan las irritaciones de la boca y la garganta y favorecen el bienestar respiratorio. De hecho, tienen propiedades antibacterianas y contienen taninos que limitan la entrada de virus en el cuerpo, lo que permite luchar contra las diversas dolencias invernales: resfriados, ronquera, faringitis, gingivitis, sinusitis, angina o incluso gripe. Además, estas hojas se pueden utilizar en solución dermatológica, como seborregulador. Pueden tratar dermatosis como acné, costras, forúnculos, úlceras y eccemas. Las hojas secas de zarzamora se consumen en infusión o decocción (lo que revela su sabor ligeramente herbáceo), pero también como tintura madre y macerado glicerinado.