Las semillas de sésamo blanco, que se suelen utilizar para adornar panes y hamburguesas, tienen un sabor que recuerda a las nueces, con un sabor ligeramente meloso y notas de caramelo y vainilla. Su bajo contenido de aceite y su sabor a nuez dependen del proceso de tostado. Procedentes del sésamo, una planta anual originaria de la India, las semillas de sésamo blanco vienen en dos formas, Shiro-goma (semillas blancas) y Kin-goma (ligeramente doradas después del tostado). Estas semillas de sabor neutro conservan todas sus propiedades curativas, lo que las convierte en uno de los cereales más populares en repostería y repostería. El sésamo, una de las primeras plantas cultivadas en el mundo, aparece mencionado en el cuento de "Las mil y una noches" con la famosa frase de Ali-Baba "Sésamo, ábrete". Nutricionalmente, las semillas de sésamo blanco ofrecen minerales y oligoelementos esenciales, como hierro, cobre y manganeso, necesarios para el funcionamiento de las células y del sistema inmunológico. Su contenido de aceite también los hace ricos en grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas saludables para el corazón. En la cocina, estas semillas versátiles son adecuadas para preparaciones dulces y saladas, se espolvorean sobre ensaladas, fideos, verduras, arroz o se usan para hornear para agregar un sabor crujiente y a nuez. También se utilizan para hornear, especialmente en panes de hamburguesa, y se pueden moler para producir tahini. Las semillas de sésamo blanco son un ingrediente clave en la cocina asiática, especialmente en el sushi y las sopas. Para revelar su sabor, se pueden combinar con limón y ajo, agregar a salsas, vinagretas, ensaladas o usar en recetas de wok. En Japón, se mezclan con flor de sal para crear el condimento de mesa llamado "gomasio". Finalmente, algunas recetas recomendadas son el turrón chino de sésamo, el wok de ternera con verduras con sésamo y la ensalada de arroz y cerdo con sésamo.