El fruto de la morera, de la que mantendremos el nombre de Morera para diferenciarla de la mora de nuestros jardines, es un delicioso fruto seco con un sabor naturalmente dulce. Frutos de morera cultivados en todo el mundo para alimentar a los gusanos de seda; el consumo de moras es muy popular en Asia y Medio Oriente. Existiendo en variedades blancas y negras, hemos hecho referencia a la variedad blanca Morus Alba cultivada en Turquía, auténtico granero de Europa en la producción de frutos secos. No es sólo por su sabor y textura por lo que la morera resulta tan atractiva… De hecho, tradicionalmente se recomienda para combatir la anemia y el cansancio. Fuente de resveratrol, hierro y vitamina C, rápidamente se convertirá, solo o combinado con otros frutos secos, en un habitual de nuestras cocinas. Uso tradicional Las moras son muy populares en Oriente como tónico y fortificante. Se sabe que “enriquecen la sangre”, “luchan contra la fatiga, la palidez, la anemia”, “mejoran los problemas urinarios y digestivos”. También se recomiendan para mujeres que padecen síndrome menstrual o después del parto, así como durante la convalecencia. En la medicina tradicional china se combina con otras plantas para combatir el insomnio, el nerviosismo excesivo, los mareos y la somnolencia, y para cualquier déficit de energía “Yin”.