Los aceites aromatizados provienen de una tradición centenaria. Todas las laderas del valle del Duero, ya sean zonas escarpadas y accidentadas o terrazas sostenidas por muros de esquisto, son ricas en hierbas y plantas que desprenden sabores y aromas cuando se sumergen en aceite de oliva durante un largo período de tiempo. Este es un ritual paciente y centenario porque cuanto más tiempo permanecen las hierbas, más sabor adquiere el aceite, devolviendo un condimento que puede ser versátil en muchos platos. Producido con aceite de oliva virgen extra y hierbas frescas deshidratadas, preservando al máximo el sabor, aroma y vitaminas naturales. El Aceite de Oliva Virgen Extra con guindilla tiene un sabor picante y fuerte, para paladares que gustan de los sabores fuertes.