El sirope de yacón procede de un tubérculo con propiedades muy interesantes, la pera terrestre. Inicialmente codiciado por los incas por su delicioso sabor dulce, el yacón se ha convertido hoy en el principal aliado natural para mejorar la flora intestinal y perder peso. También es apto para diabéticos ya que su índice glucémico es casi nulo. Los carbohidratos del jarabe de yacón están compuestos esencialmente de fructooligosacáridos que son prebióticos. Estos prebióticos no son digeridos por el intestino porque sirven de alimento a la microbiota intestinal. Por eso el yacón no eleva los niveles de azúcar en sangre. Este edulcorante no genera hipoglucemia reactiva y por tanto ayuda a evitar las caídas de energía que suelen producirse tras el consumo de productos dulces. Su textura es más fluida que la miel pero más densa que el jarabe de arce. Su sabor es dulce, sutilmente afrutado con una nota caramelizada. Tiene un sabor menos pronunciado que el jarabe de arce o la miel.