El paradisíaco archipiélago de Okinawa, situado frente a la costa de Japón, es un auténtico remanso de paz. Sorprendentemente hermoso, es difícil abandonar este pedazo de paraíso una vez que estás allí. Entre las maravillas naturales de estas islas, nos llama la atención el color del agua entre el Mar de China y el Océano Pacífico. Este color, que a veces creemos que es azul, a veces verde, inspiró una delicada mezcla en Tata Gisèle para la creación de esta colección de joyas. Sobre una superficie completamente martillada, colocamos 2 piedras: una Ágata azul, cortada en forma de cuadrado, y un Circonio verde, cortado en forma de gota. Ambas piedras están engastadas en bisel. Los pendientes aquí son aros con cierre de muesca con bisagra. ¡Sucumbe sin demora a los demás modelos de la colección! Ancho: 8mm Diámetro: 22 mm