El aceite de lavanda se obtiene de la maceración de las flores de la planta en aceite de oliva virgen extra. El aceite actúa como disolvente para la extracción de los principios activos. La lavanda en aceite tiene múltiples usos en la piel del rostro y cuerpo. En el rostro mejora notablemente la textura de la piel, dejándola tersa, uniforme y luminosa; gracias al aceite de oliva virgen extra nutre en profundidad y protege durante muchas horas. En el cuerpo, se puede utilizar para masajes tonificantes, relajantes y reparadores. Excelente antiséptico y antibacteriano, tiene propiedades cicatrizantes. Unas gotas de aceite de lavanda aliviarán las picaduras de insectos de cortes, heridas y llagas. Si se ingiere favorece la digestión y estimula la actividad hepática. Para uso externo mejora la tez, el tono y la textura de la piel. Se puede utilizar en rostro y cuerpo con efectos tonificantes, iluminadores, reparadores y relajantes.