Mordedor y Sonajero Otoño 100% algodón orgánico

Mordedor y Sonajero Otoño Este mordedor es una idea de regalo de nacimiento original y eco-responsable. Montessori, unigender, sostenible... Un regalo simbólico, un guiño a la estación del nacimiento del bebé con 3 hojas de roble y una pequeña bellota para simbolizar el Otoño. Este juguete de crochet es para todos los bebés, niñas y niños... Su textura de malla trenzada estimula las capacidades sensoriales y cinestésicas del bebé. Estos pequeños elementos y su aro de madera son perfectos para masticar y llama la atención su cascabel. Se trata de un juguete acorde con la pedagogía Montessori desde la cuna. Confeccionada respetando el medio ambiente, es 100% algodón orgánico certificado GOTS*. Y cuando decimos 100% algodón, significa por dentro y por fuera. El acolchado también es de algodón. Residuo cero, sus envases de fibra de maíz son reutilizables, reciclables y compostables. Este juguete está tejido a mano a crochet por nuestras artesanas, mujeres con dedos mágicos. Es un juguete elaborado de forma antigua, artesanal y ética. Su construcción, detalles y solidez lo convierten en un juguete de gran calidad. Es lavable a máquina. Es reparable y está hecho para durar. Es apto para bebés desde el nacimiento. Está probado según las normas europeas (CE EN71 1,2,3 y 9) y americanas (ASTM F963). Se puede introducir en la boca de forma segura. Su forma está diseñada para concienciar al bebé de la naturaleza y las estaciones. Un lindo juguete para una educación ecológica y comprometida desde una edad temprana. Apto para bebés (0+) Tamaño: 3*14*14cm composición : 100% algodón orgánico + 1 aro de madera cuidado: lavable a máquina a 30°C certificación: CE EN71 1,2,3 y 9 - ASTM F963 *GOTS: Nuestros juguetes están hechos de algodón certificado GOTS: Global Organic Textile Standard. Este exigente sello certifica no sólo unas condiciones de trabajo dignas sino también el respeto por el medio ambiente y certifica un producto que no daña la salud de quien lo porta. En otoño, los árboles se preparan para el invierno y anticipan la caída de la luz. Para ello dejan de alimentar sus hojas, provocando su caída. Al matarlos de hambre, la clorofila, responsable del color verde del follaje, desaparece para dar paso a pigmentos escondidos debajo, como los flavonoides para el color amarillo, o los carotenoides para el naranja.