Jabón de bayas de laurel
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Un jabón de leche de oveja muy suave con el aroma calmante de lavandín. Conocida desde el Antiguo Egipto, la leche se utilizaba en el cuidado cosmético por sus propiedades suavizantes y calmantes para la piel. La particularidad de la leche de oveja es su gran riqueza en grasas, lo que la convierte en la más gorda de todas las leches y la más adecuada para pieles secas. Te sorprenderá la suavidad y la intensa hidratación que consigue este jabón.