“Para este vodka hemos querido romper los códigos de un vodka clásico, y apostar por un vodka aromático y con productos de abeja para mantener el espíritu de Erika” El vodka es un espíritu eslavo tradicional. Un aguardiente de cereales con 96,7° de alcohol, que se reduce a 25° diluyéndolo con agua, para luego redestilarlo con nuestros botánicos. Utilizamos, al igual que las ginebras, un alambique Stupfler, que transforma el alcohol en néctar. Obtenemos así un vodka redondo y bebible, y para seguir “el espíritu de Erika”, añadimos, en el alambique, polen de castaño, que Paul recoge en sus colmenas, así como un toque de miel de brezo callune. Una innovación sorprendente, que te transportará a una casa de miel, rodeada de abejas y flores. Un vodka que tiene sabor y que da cabida a cócteles con carácter.