El aceite de sésamo es rico en vitamina E, así como en sesamolina y sesamina, dos antioxidantes naturales. Éstos permiten aumentar la longevidad de las células y por tanto de todo el organismo y además tienen un efecto antisolar porque absorben los rayos ultravioleta. Claro y fluido, el aceite de sésamo es apreciado por su sabor. Para consumir preferiblemente crudo, se deslizará en preparaciones asiáticas, caviar de berenjena, sobre verduras en juliana o en sopas orientales. Concentrado en ácidos grasos esenciales, contribuye a mantener la integridad del tejido cutáneo y evita que la piel se reseque. El aceite proviene del sector del sésamo de comercio justo en Malí. En el plano económico, este compromiso permite asegurar la actividad regular y los ingresos de 80 pequeños pueblos que reúnen a 2.500 familias.