Unas gotas de este aceite de sésamo sazonan sutilmente platos orientales o asiáticos. También se presta exquisitamente para la confección de pasteles y postres. Elaborados con conciencia y pasión, los aceites vírgenes conservan así todo el valor de los ácidos grasos y las vitaminas. Naturales y auténticos, entregan el sabor y la delicadeza de la fruta o semilla de la que provienen. Es decir, los procesos de elaboración artesanal permiten casar bondad y placer gustativo, gastronomía.