Érase una vez, no hace mucho, un joven escritor muy diligente, que nunca cometía errores gramaticales y siempre usaba las palabras correctas, que articulaba con estilo. Permanecía encerrado en su casa todos los días para escribir y solo salía a comprar comida. Un día, en el supermercado, chocó con un hada muy traviesa. Entonces lanza un terrible hechizo sobre el joven: mientras sea escritor, siempre perderá la última página de cada historia que escriba. Y desde entonces fue así: o la última hoja salió volando por la ventana, o fue enviada por error a un país lejano o se la comió el perro... Y como a nadie le interesan las historias interminables, el escritor arruinado tuvo que vendió todo lo que tenía y decidió salir al mundo a buscar fortuna. Yendo de país en país y de profesión en profesión, se dio cuenta de que hacía muchos más amigos que cuando permanecía encerrado en casa. Y eso fue solo el comienzo de sus sorpresas... Texto: Laura Ferracioli, Ilustraciones: Alice Coppini, 32 páginas.