''Les Parisiens'', una obsesión francesa

Egoístas y despectivos, ricos y desvergonzados: “los parisinos”, o supuestamente tales, cristalizan una obsesión francesa. En la época del coronavirus, "los parisinos" fueron acusados así de propagar la epidemia y de imponer al resto del país normas sanitarias que no respetan. Pero, ¿quiénes son estos “parisinos” que acaparan la atención? ¿Estamos hablando de los “habitantes de París” o de los “habitantes de Île-de-France”? La confusión es significativa. La conurbación de Ile-de-France y sus 12 millones de habitantes no tienen equivalente en Francia ni en Europa. Su población es la primera en sufrir las consecuencias de la hiperdensidad, de las cuales los altos precios de los bienes raíces y las molestias del transporte son solo las más tangibles. Encuesta tras encuesta, la mayoría de los residentes de Ile-de-France dicen que irían a otro lugar si pudieran. En pocas palabras, hay demasiada gente en la región de París. Mientras tanto, las ciudades medianas se están desvitalizando, las ciudades pequeñas están perdiendo habitantes, las aldeas se están convirtiendo en dormitorios. A pesar de estas observaciones, el Estado sigue dirigiendo el “Gran París”, destinado, según los elementos bien establecidos del lenguaje, a reforzar el “atractivo” de la “metrópoli-mundo”. El reequilibrio del país y la mejora de la calidad de vida en Île-de-France ya eran esenciales antes de 2020. Si bien la crisis sanitaria ha puesto de manifiesto el malestar de los "parisinos", la reorganización territorial se ha vuelto imperativa. No se basa solo en el teletrabajo de los ejecutivos, sino en elecciones públicas a favor de pueblos y aldeas que solo lo piden. Publicado en 2016, el ensayo Cómo Francia mató a sus ciudades había revelado el fenómeno de la desvitalización de las ciudades medianas. Olivier Razemon denuncia con este nuevo libro otro problema territorial: la concentración en París e Ile-de-France, de la población, los poderes, las inversiones y las grandes infraestructuras.