El dulce consuelo de un tronco de cedro crepitando lentamente en una chimenea, ideal para envolverse con su plaid favorito. Potente, seco, resinoso y verde, el cedro entrelazado con el pino impone una atmósfera amaderada y forestal. El pachulí y el sándalo profundizan este carácter amaderado y masculino. La piel lo abraza todo aportando su lado animal atípico y ahumado que la caracteriza.